EXTERMINIO DE LOS GENTILES




«Ninguna persona dejarás con vida.»
(Deut. 20:16)


P. Una de las mayores causas de tropiezo para muchos
lectores de la Biblia, y motivo de aparente triunfo de
los enemigos de ella, ha sido la orden dada por Dios de exterminar

a ciertas gentes sin respetar sexo ni edad. «Empero
de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios
te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida; antes
del todo los destruirás: al heteo y al amorreo y al caneo
y al phereseo y al heveo y al jebuseo, como Jehová
tu Dios te ha mandado.» (Deut. 27:16, 17.)
En cuanto a otras ciudades, se ordenó que si pedían paz
se les concediera paz y respeto a todos los habitantes, pero
si hicieran guerra a los israelitas, se destruyese a los varones
adultos, pero se perdonaría a las mujeres y niños.
(Deut. 20:10, 15.) Esto respecto a las ciudades lejanas; pero
los habitantes de las ciudades que habían de ocupar los israelitas
se debían exterminar por completo.
¿Cómo conciliar estas órdenes crueles con la doctrina
tan claramente explicada en el Nuevo Testamento, a saber,
que «Dios es amor»? Se dice que estos mandamientos no
procedían de Dios y que se equivoca el Antiguo Testamento
al afirmar que procedían de Dios. ¿Qué decir a esto? 



R. En primer lugar que la ocupación de Canaán por
los israelitas y la destrucción de los pueblos cananeos (incluyendo
a los poderosos hittitas —o héteos—) que la habitaban,
fue una acción divina bien manifiesta, pues la
arqueología y los documentos históricos más antiguos, como
las cartas de estos poderosos pueblos cananeos a Egipto,
recientemente descubiertas, lo prueban contundentemente.
Podemos decir, hoy como nunca, que las declaraciones
de los espías que Moisés envió a explorar la tierra de Canaán
40 años antes de su ocupación (números 13:32-33) no
fueron ninguna exageración motivada por el temor, según
decían los escépticos del siglo pasado, sino que las investigaciones
arqueológicas e históricas las han acreditado, precisamente
en esta última parte del siglo xx. Solamente
una serie de milagros sobrenaturales podían hacer que los
israelitas, un pueblo de esclavos escapado de Egipto, reducidos
a la desventajosa situación de beduinos por 40 años,
pudieran vencer a tales pueblos poderosísimos y bien pertrechados
con carros herrados de combate y todos los demás
elementos guerreros de aquellos tiempos. Este hecho histórico, confirmado recientemente, acredita nuestra fe en
el contenido de las Sagradas Escrituras como libro auténtico,
e inspirado por Dios.

En segundo lugar, sabemos que estos pueblos eran
tan poderosos materialmente, como moralmente degradados.
Ya en tiempos de Abraham y Lot la degeneración sexual
de Sodoma y Gomorra había generado un pueblo de
proxenetas, que ha dado su nombre al vicio degenerativo
del tercer sexo (véase Génesis 19:8).

Expertos en eugenesia han dicho que si las ciudades de la antigua llanura
del mar muerto no hubiesen sido destruidos por fuego en
días de Hammurabi y Abraham, se habrían destruido ellos
mismos en pocas generaciones a causa de su vicio generativo.
Sin embargo, leemos que Dios dijo que en sus días
no había la maldad del Amorreno, que habitaba un poco
más al norte, en la tierra prometida a Abraham, llegado
todavía a su colmo como para ser destruido (Génesis
15:16). Así fue, empero, en los días de Moisés y de Josué.
Era preciso extirpar la gangrena en todas sus fibras.

Operar un cáncer es obra terrible, obra que debe repugnar
a cualquier cirujano, pero a menudo operar un cáncer es
un gran beneficio. Así el exterminio de los cananeos fue
la obra más bienhechora que Dios pudo ordenar para
bien de la raza humana, fue la operación quirúrgica para
la bendición de la población humana en un punto neurálgico
de la tierra habitada, en el centro de tres continentes.
En tercer lugar debemos decir que para Dios la muerte
no es lo mismo que para nosotros.

Para el Creador y sus ángeles, los hombres y mujeres de este mundo
somos como reses destinadas al matadero; todos tenemos que morir ;
por consiguiente, el que sea unos años más pronto o
más tarde, no tiene tanta importancia para Dios como para
nosotros, que no vemos más que este lado de la vida, los
pocos años que estamos aquí. En cambio para el Omnisciente
Creador, lo que está al otro lado de la muerte es
mucho más importante que lo que tiene lugar en este
mundo.

Por esta misma razón el exterminio de los hijos de los
cananeos no sólo fue una misericordia para el mundo de
su época, sino de un modo particular para los niños de aquella generación. Si se les dejaba vivir les aguardaba una
vida degenerada; en cambio, al ser exterminados, les salvaba
de su condición depravada, y lo que les aguardaba
después de la muerte no era la perdición (Mateo 19:14).
Aún hoy día, tan grande es la desgracia de los nacidos en
los bajos fondos de las grandes ciudades, que no faltan
personas misericordiosas que piensan que son realmente favorecidos
los niños que mueren en la infancia.
Bien, dirán algunos, pero ¿por qué no fueron exterminados
por una peste o un terremoto, mejor que por las
manos de los israelitas?

A esta pregunta tenemos una doble respuesta:
1.° Que Dios no quería el exterminio masivo de aquellas
gentes por la espada de los israelitas, sino su desalojamiento
del territorio que había prometido a Abraham.
El pueblo cananeo podía haber huido a territorio inocupado,
fuera del área que Dios había dado a Israel. Supieron
por 40 años que los israelitas estaban viniendo, y habían
oído acerca de los milagros que Dios hizo por ellos
en Egipto, pero aparentemente pensaron que sus propios
dioses podrían ayudarles a vencer a los invasores.

Sabemos, por otra parte, que un buen número de ellos,
aguijoneados por otros medios más suaves, y habiendo
oído y creído en el poder del Dios de los hebreos, se alejaron
prudentemente de aquel lugar durante los 40 años de
prueba (véase Éxodo 23:38 y Deuteronomio 7:20), y embarcándose
por el Mediterráneo llegaron a las costas del
norte de Africa donde constituyeron el poderoso pueblo
cartaginés, que un día disputó a Roma el dominio del sur
de Europa, y tuvo en jaque a esta gran nación conquistadora
durante siglos. Probablemente fueron las familias más
temerosas del Dios de los hebreos, como por ejemplo ocur
r ió con la familia de Rahab la posadera, mientras que
los más recalcitrantes e incrédulos se quedaron en la tierra,
pensando que el poder de sus horripilantes y crueles
dioses, como Moloch, Baal, Remphan, etc., serían más poderosos
que el Jehová de los israelitas.

En cuanto a por qué Dios puso en manos de los israelitas
la ejecución de su sentencia de muerte sobre aquellos recalcitrantes
pobladores de Canaán, podemos decir dos cosas:

1.° Por qué aquella serie de milagros que representaba
la caída de tan poderosos pueblos en sus manos, como lo
que ocurrió en el caso de Jericó, sería una lección para los
protagonistas acerca del poder invencible de su Dios. Debemos
tener en cuenta que los mismos israelitas estaban pasando
su curso de educación para años futuros. Por ese
método se producía en ellos una profunda impresión de la
santidad de Dios y su odio al pecado. Se les dijo claramente
que al ejercitar los juicios de Dios sobre los cananeos lo
habían de hacer «para que no os enseñen a practicar todas
sus abominaciones que ellos hacen a sus dioses» (Deuteronomio
20:8).

En realidad, por no exterminarles del todo, fueron contagiados
los mismos israelitas de su corrupción.
¿Y por qué habían de ser perdonadas las mujeres jóvenes
y vírgenes? Los incrédulos se han imaginado que estas niñas se habían
de perdonar para objetos de vicio (Deut. 20:10-15;
Núm. 31:21-35). «Para el impuro, todo es impuro» (Tito
1:15); pero la Biblia nos enseña todo lo contrario, a saber:

cuando los israelitas se atrevieron a entregarse a la impureza
con las hijas de Moab fueron ejemplarmente castigados
con la muerte. (Núm. 25:1-9.) Fueron también muertas
las mujeres envilecidas en Madian (Núm. 31:17), reservándose
las niñas no contaminadas, no para servir a la brutalidad,
sino para ser educadas para ser esposas y madres
en Israel, y algunas lo fueron de personajes notables y aun
de reyes. Hay que tener en cuenta que el carácter femenino
es más dúctil, sobre todo en aquellos tiempos en que
las mujeres eran mucho más ignorantes e infantiles que
en nuestros días.

Pero, ¿los niños? ¿No se les podía haber perdonado?
Cualquiera que haya tratado a los hijos de padres depravados
sabe perfectamente bien cómo los vicios practicados
durante generaciones por los padres, aparecen en los
hijos, aun cuando se les separa de los malos alrededores,
y se les coloque en las condiciones más favorables. Por el poder
regenerador del Evangelio este mal se remedia, pero
esas gentes vivían muchos siglos antes de proclamarse el
Evangelio.

Si se hubiese perdonado a los niños varones, éstos, al
hacerse hombres, habrían guardado el rencor contra los
que exterminaron a sus mayores y buscando a niñas de su
propia raza habrían engendrado una generación enemiga
de Israel y ávida de venganza. Lo que está ocurriendo hoy
con los palestinos.4

Finalmente, el propósito divino para con Israel no era
meramente su bendición como pueblo escogido, sino la de
todas las naciones. Dios estaba educando un pueblo para
que fuera una bendición a todos los pueblos de su alrededor
y de la tierra (Génesis 2:3, 18:18, 22:18, 26:4).
Este propósito inicial no se cumplió en cuanto a Israel
a causa de su dureza de corazón, pero ha sido cumplido
plenamente en Cristo (Romanos 11:36).



4. Muchos expertos declaran que habría sido, a la larga, mucho
más económico para las Naciones Unidas pagar viajes de transporte
a Australia de todos los palestinos en los años 1948 a 1950, que ayudarles
a vivir en los campos de refugiados de Jordania y Libia por
casi medio siglo. Hoy estarían estas gentes dando productos al
mundo y viviendo felizmente con sus familias, en granjas agrícolas,
y no trayendo a los judíos y a otras naciones del mundo de cabeza
con su terrorismo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Judíos infames, son una lacra para la humanidad,
púdranse en su mierda sionista y púdranse en su soledad y miedo al despertar de las naciones.

Anónimo dijo...

Con mucho respeto al escritor de este tema: En lo referente a JEHOVA, “JEHOVÁ” No es EL SAGRADO NOMBRE DE DIOS…
Hasta comienzos del siglo IV d.C., el pueblo judío solamente pronunciaba “ADONAI” que significa “El Señor”; mas tarde en la versión LXX (conocida como septuaginta) usaron en sus traducciones y pronunciaban “K Y R I O S” que también significa “El Señor” en hebreo, pero en el siglo XII d.C., los teólogos dogmáticos de esos tiempos bajo sus argumentos teologales y huérfanos de la asistencia del Espíritu Santo adoptaron el trabajo de los MASORETAS, especialmente los biblistas traductores de “Reina Valera”.
Que es Jehová…? Jehová es la resultante de la destrucción del tetragrámaton YHWH al habérsele agregado las vocales “e, o, a”.
Quienes son los Masoretas…? En tiempos de Jesús son conocidos como “Escribas” pero unos 500 años a.C, eran conocidos como Masoretas.
Los Masoretas se tomaron el trabajo de insertar las vocales “e, o, a” en el tetragrámaton YHWH con el fin de pronunciar de alguna manera el Sagrado Nombre de Dios a costa de nuestra Salvación, a pesar que el Señor en tiempos antiguos no dio a conocer su Nombre (Ex.6:3 -Is.52:6) no solo, exhortando que: No daría por inocente quien tomare en vano su nombre (Ex. 20:7) quedando tal arreglo aceptado por los, fariseos, y traductores del siglo IV, (d. C), popularizándose dicha pronunciación en los países de habla Hispana, pues en Europa, EE.UU y Canadá no adoptaron esa traducción ni su transliteración.
Cuando los escribas, ancianos, fariseos y doctores de la ley le preguntaron a Jesús que si Jehová era el Dios de Israel, el Señor contestó: Oye Israel, el Señor tu Dios, el Señor uno es. (Mr. 12:29,30 traducción RV 1960 - Det. 6:4 traducción RVC) y, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas y con toda tu mente.(Mt.22:37 traducción RV 1960 - Det.6:5 - 11:1 RVC) No dijo, oye Israel Jehová tu Dios, Jehová uno es, tampoco dijo: Amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, Etc. Etc. Si hubiera sido falsa la repuesta del Señor Jesús, quizás hubiese sido muerto apedreado en ese mismo momento, por embaucador y falto de conocimiento del nombre del Dios de Israel.
Hoy en día, damos gracias al Señor porque el Espíritu Santo ha iluminado a Sociedades Bíblicas Unidas quienes comparten la Gracia de una Revelación y no la interpretación de una traducción ni de una transliteración y han emitido su nueva Biblia Versión Contemporánea, denominada: Reina Valera Contemporánea (RVC) en la cual ya no aparece la palabra Jehová.
Usted puede comprobar nuestra explicación aquí: www.reinavaleracontemporanea.com ó www.biblegateway.com
Así pues, damos gracias al Señor porque nos ha mandado su luz en el conocimiento de la Verdad que Jehová no es su Sagrado Nombre; el Nombre que es sobre todo nombre es “Jesús” el Señor Todopoderoso. (Ap.1:8).
e.mail: laspiedrasq.claman@hotmail.com www.laspiedrasqclaman.wordpress.com

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