¿CUMPLIDO O POR CUMPLIR?




«No penséis que he venido para abrogar la ley
o los profetas. Si vuestra justicia no fuere mayor
que la de los escribas y de los fariseos, no entraréis
en el reino de los cielos.» (Mat. 5:17 y 20.)


P. ¿No enseña Cristo mismo aquí, la salvación por cumplir
la ley y no meramente por creer?







R. Cristo enseña aquí dos cosas claramente, a saber:
primero, que El mismo ha venido a cumplir las dos partes
de la Biblia, que se llamaban Ley y Profetas, que ningún hombre hasta
entonces había cumplido perfectamente;
y segundo, que para entrar en el cielo se requería
un cumplimiento más perfecto que los más estrictos
representantes y expositores de la ley jamás habían producido.

Así que Cristo, aquí, cierra el cielo a los que
piensan salvarse por el cumplimiento de la ley, como Pablo,
al decir: «Todos los que son de las obras de ley están
debajo de maldición; porque escrito está: Maldito todo
aquel que no permaneciere en todas las cosas que están
escritas en libro de la ley.»

Jesús está demostrando precisamente con estas palabras,
al igual que lo quiso demostrar al joven rico (Lucas
18:18-22), que por las obras de la ley nadie puede ser
salvo. Debemos tener en cuenta que cuando Jesús dijo estas
cosas aún no había llegado la hora de revelar el gran
secreto de la Redención, como lo declararía más tarde a los
apóstoles en Cesárea de Filipos, y de un modo aún más
claro y enfático después de su resurrección (Lucas 24:46-
48).

Jesús estaba diagnosticando, como el médico, la mortal
condición del hombre en su pecado, como preparación
para darles más tarde el precioso conocimiento del remedio
único que El vino a traer para el pecado, pero que
todavía no era hora de declarar.

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