¿QUE QUIERE DECIR, NO NOS METAS EN TENTACION?


P. Tenga a bien explicar el significado de la petición:
«No nos metas en tentación, mas líbranos del mal» (Mateo
6:13).





El doctor P. L. Van Gorder, responde:

La idea de que un Dios santo meta a sus hijos en tentación de pecado, es contrario a la razón, y está expresamente declarado como imposible en la Sagrada Escritura.

Santiago escribe: «Dios no puede ser tentado del maligno,
ni El tienta a ninguno» (Santiago 1:13). Sin embargo, sabemos
que el Señor Jesús no habría insertado una petición
superflua en esta oración, por lo tanto debemos encontrar
una explicación adecuada a esta petición.

A fin de entender estas palabras, debemos recordar
primero que el término tentación tiene dos significados.
Generalmente se refiere a pruebas o sufrimientos que tientan
la fe del creyente y su devoción a Dios. Algunas veces,
sin embargo, este mismo término se refiere a las seducciones
del mal. Una segunda consideración es el reconocimiento
del hecho que la palabra metas es mejor traducida
traigas.

El pensamiento que aquí se expresa es que Dios, en su
providencia, a veces tiene a bien permitir sucesos y circunstancias
que nos conducen a situaciones de prueba,
para ver si los principios del cristiano, y aun su carácter,
son los que pretende ser. Dios no trata de inducirnos al pecado
como los hombres pueden hacer; pero por su providencia,
nos expone a condiciones en las cuales podemos ser
tentados al mal. Sin embargo, cuando resistimos tales situaciones,
somos fortalecidos espiritualmente.

Por ejemplo: Dios probó a Abraham cuando le mandó
sacrificar a su hijo Isaac. Y la respuesta del patriarca es
uno de los grandes modelos bíblicos de fe obediente (Génesis
22:1). El Señor permitió también a Satanás probar la
fidelidad de Job, y el libro de Job ha venido a ser una
fuente de bendición espiritual a muchas personas; y el
mismo Job, vino a ser mejor, por medio de su prueba.
Cuando oramos «no nos metas en tentación, mas líbranos
del mal», expresamos al Señor que somos conscientes
de nuestra fragilidad humana.

El creyente humilde que no confía en sí mismo, porque posee todavía una naturaleza
pecadora, pide a Dios que no le ponga en uña situación en
la cual su fe a Dios puede ser tentada de un modo irresistible;
pues sabe que Satanás es un enemigo poderoso y por
lo tanto no confía en sí mismo para vencerle.

Debemos considerar esta petición como lo que nosotros
hacemos cuando oramos por buena salud, protección de
daño y otras bendiciones físicas. Pedimos al Señor tales
beneficios. Al hacerlo, nos damos cuenta de que a El le
puede parecer bien permitirnos enfermedades, accidentes
u otras contrariedades en nuestras vidas; pero confiamos
que si El permite tales pruebas, nos proveerá también de
la gracia suficiente para soportarlas y salir victoriosos.

Si a pesar de nuestras oraciones experimentamos desengaños
aplastantes, o tenemos que hacer frente a seducciones
del pecado, podemos alegrarnos comprendiendo que
Dios puede usar tales circunstancias como medios de hacernos
mejores cristianos (véase Santiago 2:3). Dios nos
dará, o bien un camino de escape (1.a Corintios 10:13), o la
fuerza suficiente para sobrellevarlo.

El apóstol Pablo pidió tres veces al Señor que le quitara la espina de su carne,
a la cual él mismo llamaba «un mensajero de Satanás que
me abofetee» (1.a Corintios 12:8); pero cuando se le hizo
evidente que no era la voluntad de Dios quitarle la aflicción,
el apóstol se alegró en la seguridad de la promesa:
«Bástate mi gracia; porque mi potencia hace perfecto en
la debilidad». Pablo podía declarar entonces con triunfo:
«Mas bien me glorío en las tribulaciones, para que se manifieste
en mí el poder de Cristo» (2.a Corintios 12:9).

Yo preferiría verme libre de agudas pruebas y tentaciones,
porque no tengo confianza en mi propia fuerza,
por lo tanto oro diciendo: «Señor, no me pongas en situaciones
por las cuales pudiera ser probado y tentado de un
modo excesivo, sino líbrame de las condiciones que darían
ventaja a Satanás.» Sin embargo, hago este ruego
con la seguridad de que si soy sujeto a experiencias penosas,
el Señor proveerá a mi necesidad.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Si Dios nos mete en tentación, no existe ser humano que pueds ser cspaz de salir de la tentación que él nos meta, pues seria como vencer al todo poderoso y eso es imposible, mas bien diria, No nos dejes caer en tentacion, pues con esto sentiriamos que tenemos su poderosa mano que nos sostiene. Asi no se contradicen las escrituras. Dios dice que él no tienta a nadie.

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