SALID DE ELLA, PUEBLO MIO..


Apocalipsis 18:4-5

"Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas" (Apocalipsis 18:1-4).

Mensaje proclamado por una “voz del cielo”.

¿“Salid” de qué cosa? ¿“Salid” quiénes? ¿Por qué salir? ¿Salir a dónde?

“Salid de ella, pueblo mío…” Esta exhortación-advertencia, con tono de urgencia, la proclama una “voz del cielo”, y por consiguiente, se supone que la prestemos los seres humanos la más sobria atención. La primera oración completa del mensaje dice: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades”.

“Salid de ella…” ¿“Salid” de qué cosa? ¿Quién es “ella”? Pues, “ella” es “la gran Babilonia”, tema del Capítulo 17 de Apocalipsis, y del 18:1-3, los tres versículos que preceden la exhortación-advertencia. En la visión de Apocalipsis 18:1-3, un “ángel… con gran poder… clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia…” Luego, “otra voz del cielo… decía: Salid de ella, pueblo mío…” ¿Quién es “ella”? El antecedente de “ella” es “la gran Babilonia”. Pero, ¿por qué instar a salir “de ella”, es decir, de “la gran Babilonia”, si esta ciudad ya “ha caído”? Por la razón de que la visión de “Ha caído, ha caído…” era una profecía dada al apóstol Juan en el año 95 d. C, fecha en la que él recibió “La revelación de Jesucristo” (Apocalipsis 1.1), la cual se encuentra en el libro del Nuevo Testamento llamado “Apocalipsis”. “Ha caído, ha caído” señala el tiempo pasado, más sin embargo, “la gran Babilonia” apocalíptica solo estaba comenzando a emerger en el año 95 d. C., tratándose de una entidad que aparecería en el escenario del mundo en un tiempo futuro a la “revelación de Jesucristo” dada a Juan.

Así que, “ella” es “la gran Babilonia”. Mas no la ciudad terrenal de Babilonia, y esto lo sabemos con certidumbre ya que aquella grandiosa ciudad antigua, capital del Imperio Babilonio, estaba en ruinas y completamente abandonada doscientos cincuenta años antes de recibir el apóstol Juan la “revelación de Jesucristo”. Ahora bien, “la gran Babilonia” apocalíptica es preciso entenderla “en sentido espiritual”, según Apocalipsis 11:8, y “en sentido espiritual” ella también “se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado”. ¿Dónde fue crucificado el Señor? En Jerusalén. Por lo tanto, “la gran Babilonia” es, recalcamos, “en sentido espiritual”, Sodoma, Egipto y Jerusalén. Ella es “Sodoma”, por sus abominaciones sexuales –homosexualismo, fornicación, adulterio. Es “Egipto”, porque esclaviza a las almas, de la manera que el Imperio Egipcio esclavizó a Israel. Es “Jerusalén”, porque sustituye, tal cual los fariseos, sus tradiciones por el mandamiento de Dios (Mateo 15:1-9), y además, por su obstinada incredulidad (Hebreos 2:7-19). Y ella es la misma “Babilonia”, “en sentido espiritual”, porque se postra ante imágenes, venerándolas.

Esta ciudad “Babilonia-Sodoma-Egipto-Jerusalén” es “la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra” (Apocalipsis 17:18). “En sentido espiritual”, ¿cuál ciudad es esta? Ella es la Roma pagana del tiempo cuando Juan recibió “la revelación”, hasta el año 312 d. C., cuando el emperador Constantino fue convertido al cristianismo. Y ella es, desde 312 en adelante, “en sentido espiritual”, aquella misma ciudad cristianizada, es decir, en términos de su dominio sobre las almas de “pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas”, por vía de sus líderes seculares-religiosos cristianizados (Apocalipsis 17:1, 15). Y ella es la Nueva Roma-Constantinopla, nueva capital del Imperio Romano cristianizado, desde el año 330 d. C. hasta el año 1453 d. C., fecha en que los turcos otomanos la conquistaron. Y ella es la Roma de Occidente, en Italia, bajo los Papas y la jerarquía de la Iglesia Católica Romana, hasta el año 1870 d. C., cuando la nueva República de Italia tomó posesión de ella, con la excepción del área que ocupa el Vaticano. Y ella es el mismo “Vaticano”, lugar desde el que la jerarquía católica romana sigue reinando sobre cientos de millones de almas.

“La gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra” también es presentada metafóricamente en Apocalipsis como “la gran ramera”. “Ven acá”, dice uno de los siete ángeles al apóstol Juan, “y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas…” “Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae…” “…la mujer… es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra” (Apocalipsis 17:1, 7, 18). “Salid de ella, pueblo mío…” “Salid” de esta “gran ciudad”, la que es, “en sentido espiritual”, Sodoma-Egipto-Jerusalén-Babilonia. ¿Por qué apresurarse para salir de ella? Porque “ella” es como una “gran ramera” –espiritualmente corrupta, llena de abominaciones, fornicaria, idolátrica, avara.

¿Qué cosas hace esta “gran ramera”, esta “gran ciudad”?

1. Ella se viste “de lino fino, de púrpura y de escarlata” (Apocalipsis 18:16; 17:4). Fijarse bien, estimado lector, en los colores “púrpura y escarlata”, preguntándose: ¿Cuál entidad “espiritual-religiosa” distinguen estos dos colores en el día de hoy?

2. Está “adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas” (Apocalipsis 18:16; 17:4). ¿Cuál entidad “espiritual-religiosa-material” del presente se adorna de esta manera? ¿Cuál adorna así a sus catedrales o capillas? ¿Quiénes son los oficiales religiosos de hoy día que se adornan de esta manera?

3. Está “sentada sobre muchas aguas”. Estas “aguas… son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas” (Apocalipsis 17:1, 15). ¿Cuál es la organización religiosa de actualidad que se sienta sobre el mayor número de personas a través de la tierra?

4. “La mujer” que simboliza a “la gran ciudad” “tenía en la mano un cáliz de oro…” (Apocalipsis 17:4). Hoy día, ¿quiénes utilizan cálices de oro, plata y piedras preciosas en actos de adoración a Dios?

5. Ella “reina sobre los reyes de la tierra” (Apocalipsis 17:18). Viene “sentada sobre una bestia… que tenía siete cabezas y diez cuernos” (Apocalipsis 17:3). “Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes” (Apocalipsis 17:9-10). Tanto los “diez cuernos” como las “siete cabezas” son reyes-reinos políticos-seculares. ¿Quién, o cual entidad, afirma tener potestad sobre los reyes-reinos-naciones de la tierra? De no estar informado usted al respecto, considere, por favor, la siguiente cita: “Temed, pues, nuestra ira y los truenos de nuestra venganza; porque con su propia boca Jesucristo nos ha nombrado jueces absolutos de todos los hombres, sometiendo a los reyes mismos a nuestra autoridad” (Papa Nicolás I, Años 858-867; C, Página 228). Los Papas y la jerarquía católica romana se arrogan el poder de “sentarse” sobre “los reyes de la tierra”, sobre los gobernantes políticos-seculares de la tierra, aseverando tener semejante derecho aun cuando se vean cohibidos, por fuerzas superiores a las suyas, de ejecutarlo. ¿Estaba usted al tanto de estos hechos?

6. Con ella “han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación” (Apocalipsis 17:2; 18:9). “Porque todas las naciones han bebido del furor de su fornicación…” (Apocalipsis 18:3). ¿Cuál entidad “espiritual-religiosa-material” mantiene “concordatos” con algunas naciones de actualidad, cuál envía embajadores a las naciones políticas-seculares y cuáles naciones seculares envían, aun en el día de hoy, embajadores o emisarios a ella? Cristo dijo a Pilato: “Mi reino no es de este mundo… mi reino no es de aquí” (Juan 18:36). ¿Cómo, pues, no catalogar de “fornicaria” cualquier entidad “espiritual-religiosa”, que, invocando a Dios y Cristo, sostenga relaciones íntimas con reinos o naciones políticos-seculares?

7. Mediante sus mercaderías, “la gran ciudad-gran ramera” ha obtenida “tantas riquezas” (Apocalipsis 18:17). Así sucedió en siglos pasados, y aun en el presente sigue mercadeando mundialmente sus “objetos religiosos de confección humana”, sus “servicios religiosos”, etcétera, etcétera. “Ella se ha glorificado y ha vivido en deleites”, diciendo “en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto” (Apocalipsis 18:7). Seguramente usted sabe que Cristo azotó a los mercaderes del templo judío, diciéndoles: “Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado” (Juan 2:13-22). ¿Acaso sea la iglesia de Jesucristo menos que aquel templo en Jerusalén, destruido por los romanos en el año 70 d. C. y nunca levantado de nuevo? Los escritos de los apóstoles también contienen numerosas advertencias contra la mercadería religiosa, ejemplificadas por la siguiente de la pluma del apóstol Pedro: “Y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme” (2 Pedro 2:1-3).

8. El “cáliz de oro” de “la mujer-gran ciudad” está “lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación” (Apocalipsis 17:5) De su “fornicación” con los reinos políticos-seculares-materialistas. Y de la “fornicación” literal de sus propios oficiales. Pederastia, homosexualismo, adulterio y fornicación rampantes. Al extremo de llevar a algunas parroquias de actualidad a la bancarrota a consecuencia de tantas demandas. ¿Cuál entidad religiosa del presente es culpable de tanta “fornicación”? ¿De tan devastadora desacreditación del “cristianismo”?

9. “La gran ramera-gran ciudad-gran Babilonia” prepara “bebida” en el “cáliz de oro”, poniéndose “ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús” (Apocalipsis 18:6; 17:4-6). ¿Acaso piense usted que esta parte de la visión se limite a las persecuciones de la Roma pagana efectuadas contra los cristianos antes de la conversión de Constantino en 312 d. C.? ¿Sabe usted que Constantino se constituyó a sí mismo cabeza de la iglesia, y que emprendió enseguida la persecución y matanza de cuantos cristianos no estuvieran de acuerdo con sus creencias? ¿Qué, a consecuencia, fueron muertos decenas de miles de “cristianos arrianos”? ¿Y qué entidad montó la Santa Inquisición, torturando y matando, durante más de seis siglos, a cientos de miles de creyentes catalogados por los oficiales como “herejes”? En muchos lugares, la sangre corría, literalmente, por las calles a resultado de las “guerras religiosas”. ¿Cuál entidad las fomentaba, actuando como cualquier otro reino secular vengativo y sangrienta?

Respetado lector, ¿qué respuesta ha dado usted a las preguntas que hacemos referente a las acciones de “la gran ramera-gran ciudad” atribuidas a ella en Apocalipsis? ¿Qué entidad viene a su mente?

De mi parte, veo retratada en las visiones y profecías de Apocalipsis sobre “la gran ciudad” Sodoma-Egipto-Jerusalén-Babilonia a la misma Iglesia Católica Romana, con sede en el Vaticano. Estimado lector, si usted es católico romano, comprendo, aunque sea tan solo en parte, que esta apreciación mía ha de ser sumamente ofensiva para usted. Sinceramente, quisiera que usted me explique, con evidencias y argumentos convincentes, por qué no debería este servidor identificar, en la aplicación de la visión apocalíptica al presente, a “la gran ciudad-gran ramera” de Apocalipsis como la Iglesia Católica Romana. Usted es católico romano. Pero, usted no estableció su Iglesia. Usted no la impartió los dogmas y prácticas que ella tiene en actualidad. Usted no la condujo a través de largos siglos, durante los que sus líderes y adeptos del pasado escribieron, mediante su comportamiento y obras, la historia que de ella usted, yo o cualquier otro puede informarse. ¿Por qué, pues, no tomar el tiempo para contemplar desapasionadamente a su iglesia, examinándola como si jamás hubiera pertenecido a ella? Solo estoy suplicándole, como alma que soy delante de Dios, al igual que usted, que analice inteligente y objetivamente la lista parcial arriba, recopilada del mismo texto de Apocalipsis, de los atributos, acciones y circunstancias que identifican a “la gran ciudad-gran ramera”. ¿Por qué no aplicar esta visión y estas profecías de Apocalipsis a su iglesia, estimado miembro de la Iglesia Católica Romana? ¿A qué otra entidad aplicarlas?


Los Diez Mandamientos dicen: "No te harás esculturas ni imagen alguna... No te postrarás ante ellas" (Exodo 20:4,5). (Todas las citas bíblicas de este estudio fueron tomadas de la versión católica Nácar-Colunga.) Este mandamiento ni siquiera menciona la palabra "ídolo". Habla de "imágenes", enseñando que es idolatría el inclinarse ante cualquier cosa, sea que se le llame "ídolo" o no. No importa si es imagen de algún dios pagano o alguna imagen, por supuesto, de Cristo mismo. Es idolatría el arrodillarse ante cualquier cosa fabricada por la mano del ser humano.

Hincarse ante un imagen fabricada por el hombre es adorar las obras de nuestras propias manos. Que grave pecado éste: adorar lo que nosotros hemos hecho en lugar de adorar al Dios que nos ha hecho a nosotros! El Antiguo Testamento contiene dos textos que demuestran fuertemente lo ridículo de hincarse ante una imagen. Favor de leer Salmo 115:1-8 e Isaías 44:9-20.
 
Gálatas 5:19-21 tiene una lista de las "obras de la carne", las cuales excluyen a los hombres del reino de Dios. Esta lista incluye la idolatría conjuntamente con la fornicación, la hechicería, los homicidios y las embriagueces. Apocalipsis 21:8 incluye a los idólatras entre los infieles, los homicidas y los embusteros quienes sufrirán el horror en el eterno lago de fuego y azufre. 1Corintios 10:14 nos advierte: "Huid de la idolatría".
 
La Biblia entera demuestra que hincarse ante las imágenes es una de las peores maldades del ser humano. Le invitamos a estudiar más a fondo este Libro Unico que nos puede sacar de los errores y conducirnos a vivir una vida que en realidad glorifique a nuestro Creador.

www.editoriallapaz.org/apocalipsis_8_salid.htm 



COMENTARIO GENERAL:

«Sal de ella, pueblo mío, para que no participéis de sus pecados y no recibáis de sus plagas»


(Apocalipsis 18, 4)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Salir de todo el sistema banilonico, www.mensajedepaz.net

Anónimo dijo...

Recomiendo este texto que aclara que esto va mas allá del catolicismo, babilonia también se ha infiltrado dentro de la iglesia cristiana.
Salid de ella, pueblo mío
http://www.mensajedepaz.net/index.php?option=com_content&view=article&id=8:texto-2&catid=3:texto&Itemid=4

Anónimo dijo...

La iglesia evangélica es una hija.....o muchas hijas según se mire de la iglesia católica y por tanto también es Babilonia h también hay que salir de ella. Dios no viré en iglesias de piedra. Cristo no predicó ni vicio un sistema eclesial....siempre corrupto

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