INTRODUCCIÓN
Toda
sociedad está conformada por diferentes núcleos de personas, y el principal ha
sido y es la familia, pues alrededor de ella es que se van constituyendo el
resto de los grupos que conforman el entorno social, como por ejemplo: la
escuela, los clubes deportivos, las asociaciones religiosas, las juntas
vecinales, etc.; por lo tanto, la mayor parte de la población tiene una idea
clara de lo que es una familia, ya sea porque haya nacido en una, o bien
formado una propia.
En
una familia, aun de pocos miembros, hay diferentes modo de pensar, actitudes,
maneras de ver y resolver situaciones, y esta diversidad en ocasiones es motivo
para desatar un conflicto, que si bien pudiera resolverse a través del dialogo,
muchas veces los integrantes solucionan sólo por medio de la fuerza.
Hoy
en día, es común que escuchemos hablar en los medios de comunicación, entre los
vecinos o incluso en nuestra casa de la violencia intrafamiliar, que se entiende
como el uso de la fuerza física, psicológica o económica para producir daño a
otro miembro del núcleo familiar, donde un sujeto ejerce, valiéndose de todo,
el poder y control. Esto sin duda altera totalmente la dinámica de un hogar,
pues mientras algunos tienen el dominio de todas las situaciones, los otros se
hallan sometidos a un abuso constante.
En
muchas ocasiones, la lucha de poder se presenta entre cónyuges, y son los hijos
quienes al tener que vivir en un estado de violencia, sufren daños psicológicos
que afectan su conducta y manera de proceder, pues a partir de entonces
aprenden que la vía para resolver los problemas es el uso de la fuerza, o bien
se convierten en individuos inestables, depresivos e inseguros, que se sienten
incluso culpables de la situación que se vive en su casa.
A
pesar de que tradicionalmente se asumía que la mujer era mayor víctima del
maltrato familiar, los tiempos que vivimos han propiciado que este fenómeno se
dé independientemente del género, además de que hay diferentes formas de
maltrato; a veces una frase puede causar un mayor daño que un golpe.
LA
FAMILIA
La familia,
según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento
natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la
sociedad y del Estado. Los lazos principales que definen una familia son
de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de
un vínculo reconocido socialmente, como el matrimonio —que, en
algunas sociedades, sólo permite la unión entre dos personas mientras que en
otras es posible la poligamia—, y vínculos de consanguinidad, como
la filiación entre padres e hijos o los lazos que se establecen entre
los hermanos que descienden de un mismo padre. También puede diferenciarse la
familia según el grado de parentesco entre sus miembros.
Etimología
El
término familia procede del latín famīlia, "grupo de
siervos y esclavos patrimonio del jefe de la gens", a su vez derivado
de famŭlus, "siervo, esclavo", que a su vez deriva
del osco famel. El término abrió su campo semántico para
incluir también a la esposa e hijos del pater familias, a quien
legalmente pertenecían, hasta que acabó reemplazando a gens.
No
hay consenso sobre la definición de la familia. Jurídicamente está definida por
algunas leyes, y esta definición suele darse en función de lo que cada ley
establece como matrimonio. Por su difusión, se considera que la familia
nuclear derivada del matrimonio heterosexual es la familia
básica. Sin embargo las formas de vida familiar son muy diversas, dependiendo
de factores sociales, culturales, económicos y afectivos. La familia, como
cualquier institución social, tiende a adaptarse al contexto de una sociedad.
Esto explica, por ejemplo, el alto número de familias extensas en las
sociedades tradicionales, el aumento de familias monoparentales en
las sociedades industrializadas y el reconocimiento legal de las familias
homoparentales en aquellas sociedades cuya legislación ha reconocido
el matrimonio homosexual.
LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA
La
familia supone una profunda unidad interna de dos grupos humanos: padres e
hijos que se constituyen en comunidad a partir de la unidad hombre-mujer. La
plenitud de la familia no puede realizarse con personas separadas o del mismo
sexo.
Toda
familia auténtica tiene un “ámbito espiritual” que condiciona las relaciones
familiares: casa común, lazos de sangre, afecto recíproco, vínculos morales que
la configuran como “unidad de equilibrio humano y social”.
La
familia tiene que equilibrarse a sí misma. De esa manera enseña el equilibrio a
los hijos. Ese equilibrio de la familia va a contribuir al equilibrio social.
La
familia es el lugar insustituible para formar al hombre-mujer completo, para
configurar y desarrollar la individualidad y originalidad del ser humano.
LA EVOLUCIÓN DE LA FAMILIA
La
familia no es la misma en nuestros días de lo que fue hace siglos atrás, su
forma y estructura fue cambiando así como los tipos de organización familiar.
Estos tipos de familia que se han sucedido a lo largo de la historia,
determinan las diferentes etapas. Que caracterizan la evolución de la
institución familiar.
Los
grupos familiares comenzaron a existir en tiempos primitivos de la cultura
humana, es decir, en la prehistoria. Allí los miembros de lo que podría
llamarse familia, se alternaban parejas, sin criterios como los que rigen hoy
en día. Esta fase en la historia de la familia podría llamarse como la de
“promiscuidad”, en virtud que no imperaba ningún tipo de ley, como la que rige
hoy en relación al incesto.
A
partir de que el hombre aparece en la tierra y luego de la etapa de la
promiscuidad están las siguientes etapas en la historia de la familia:
Etapa de la comunidad primitiva:
Aparece cuando el hombre como tal surge en el planeta y se va a desarrollar
según diversas formas de organización social.
Etapa de la horda: Fue
una forma simple de organización social, se caracterizaba por ser un grupo
reducido, no había distinción de paternidad y eran nómadas.
Etapa del clan:
Obedecían a un jefe y estaban conformados por un grupo o una comunidad de
personas que tenían una audiencia común. En este tipo de familia tenían gran
importancia los lazos familiares.
Luego
de estas etapas en la historia de la familia surgieron nuevas etapas de
organización familiar que ya tienen una documentación histórica más precisa y
cronológica:
Etapa de la familia consanguínea: Es
considerada la primera fase de la familia. Se clasifican los grupos conyugales
por generaciones.
Etapa de la familia Punalúa: Se
considera un tipo de organización familiar en el que hay un progreso.
Etapa de la familia Sindiásmica: En
la historia de la familia aparece este tipo que está entre el salvajismo y la
barbarie.
Etapa de la familia Monogámica:
Surge en la historia de la familia durante la transición entre el estado medio
y superior de la barbarie. Es un signo de lo que luego fue la civilización.
Etapa de la familia poligámica: En
este tipo de organización familiar había una pluralidad de cónyugues y tres
tipos de poligamia: matrimonio grupal, poliandria, poliginia.
Etapa del Matriarcado: Se
conformaba con la madre y sus hijos.
Etapa de la familia patriarcal: Se
trasmite de forma patrilineal el parentesco y así se establece el tipo de
familia patriarcal. La autoridad máxima es el padre o el varón ascendiente de
más edad.
TIPOS DE FAMILIAS
Las
familias pueden ser clasificadas en los siguientes tipos:
§ Familia nuclear,
formada por la madre, el padre y su descendencia.
§ Familia extensa,
formada por parientes cuyas relaciones no son únicamente entre padres e hijos.
Una familia extensa puede incluir abuelos, tíos, primos y
otros parientes consanguíneos o afines.
§ Familia monoparental, en
la que el hijo o hijos vive(n) sólo con uno de los padres.
§ Familia homoparental, en
la que el hijo o hijos vive(n) con una pareja homosexual.
§ Familia ensamblada, en
la que está compuesta por agregados de dos o más familias (ejemplo: madre sola
con sus hijos se junta con padre viudo con sus hijos), y otros tipos de
familias, aquellas conformadas únicamente por hermanos, por amigos (donde el
sentido de la palabra "familia" no tiene que ver con un parentesco de
consanguinidad, sino sobre todo con sentimientos como la convivencia, la
solidaridad y otros), etcétera, quienes viven juntos en el mismo espacio por un
tiempo considerable.
En
muchas sociedades, principalmente en Estados Unidos y Europa
occidental, también se presentan familias unidas por lazos puramente afectivos,
más que sanguíneos o legales. Entre este tipo de unidades familiares se
encuentran las familias encabezadas por miembros que mantienen relaciones
conyugales estables no matrimoniales, con o sin hijos. El Día
Internacional de la Familia se celebra el 15 de mayo. La familia es la
base de la sociedad.
LA
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
De
la violencia social a la violencia intrafamiliar. Podemos concebir a la
violencia como una forma naturalizada de relacionamiento social, donde, las
formas de cristalización se configuran en relación a las producciones
subjetivas propias del social-histórico donde se realice el recorte de
análisis. Entendemos la violencia, o mejor dicho, el acto violento, como el
acto que se desarrolla basado en el abuso del desequilibrio de poder y que se
juega en el cuerpo del otro produciendo algún tipo de "daño".
La
violencia, entendida como la cristalización de relaciones de fuerza que se
juegan en la preponderancia de una parte y el sometimiento de la otra, puede
ser visualizada en cualquier momento de la historia de la humanidad. Los
primeros procesos de sedentarización de organizaciones sociales nómadas fundó,
con sus cimientos, la lucha por el territorio y los bienes producidos. Estas
luchas por la supervivencia inauguran lo que hoy llamamos "violencia social".
Una forma de relacionamiento social, naturalizada, que se sostiene en la
acumulación de poder y la conquista de territorios y bienes.
Cuando
se piensa en la violencia femenina, lo primero que nos viene a la mente, son
los golpes físicos.
Tenemos
tendencia a confundir actos de violencia llegando incluso a confundirlos como
actos de amor cuando el esposo sutilmente limita a la esposa de ejercer sus
derechos tales como: Trabajar, estudiar, o simplemente aislándola de todo
contacto con amigos y familiares. De este modo viola su libertad, sometiendo a
la mujer a sus “reglas” con el pretexto de “protegerla” del mundo exterior, y
delimitando su mundo al cuidado de la casa y de sus hijos.
Este
tipo de violencia
psicológica lleva consigo amenazas, insultos,
humillaciones y hasta desprecios hacia la esposa, no le dan valor a su
trabajo y mucho menos a sus opiniones, la mujer queda sometida a una
manipulación total, hasta hacerla sentir culpable e indefensa, ayudando de esa
manera al esposo a sentirse más en control y dominante sobre su esposa.
Muy
poca o ninguna atención le ponemos a este tipo de violencia, la mujer no puede demostrar
las “heridas psicológicas” o las consecuencias a corto o largo plazo, nos
encontramos muchas veces con mujeres que aparentan ser felices y realizadas,
las vemos acompañadas del esposo y ni siquiera nos podemos imaginar que detrás
de ese esposo “protector y amoroso” se esconde el maltrato hacia la esposa que pone una sonrisa tímida para
esconder el ambiente dictatorial y malvado al que su esposo la tiene sometida.
La
violencia psicológica deja heridas que nunca sanan, y es
provocada por cobardes que esconden su falta de hombría enseñándole al mundo
una imagen que transforman totalmente en el “macho poderoso” cuando están en su
hogar, y es violento y abusivo con los seres más frágiles tales como los niños
y la mujer que le fue dada como compañera.
Pero
nos encontramos con actos que puede ser percibidos como la violencia que
deja heridas y cicatrices
visibles, violencia que empieza desde empujones hasta golpes a puño
cerrado, patadas o algún tipo de arma u objeto, este tipo de violencia que no
se puede esconder y la que muchas veces nos hace tomar conciencia social y
jurídica va unida a la violencia psicológica y termina algunas veces en el
asesinato de la esposa, dejando en la orfandad a niños que
llevan por siempre la visión de la madre siendo molida a golpes, y deja a un
hombre en prisión que da toda clase de excusas y razones por lo que hizo.
Sabemos
entonces que la violencia de género es
un fenómeno que nos alcanza de diferentes formas, se piensa que la violación
sexual no ocurre detrás de las puertas cerradas de un hogar, que se dan incluso
embarazos forzados, podemos algunas veces enterarnos en los medios de
comunicación algún dato o información de mujeres que han caído víctimas de la
violencia a manos de su pareja.
En
este siglo XXI, cuando está demostrado que las mujeres son tan necesarias y
útiles como los hombres, debemos establecer nuestros derechos y obligaciones,
porque estar en una relación que nosotras queremos, no significa que debemos
aceptarlo todo, tenemos derecho a decidir, porque somos personas y no objetos
sometidas y a disposición de un hombre cuyos abusos sólo son para anularnos,
debemos poner un alto y no permitir que nos devalúen y que nos quieran mantener
al margen de y a voluntad de lo que ellos quieren, sin tomarnos en cuenta.
Es
frustrante cuando la mujer denuncia al agresor y aun así, muchas veces no nos creen y esa
es otra clase de violencia porque no escuchan nuestra voz.
Desconocer
o pretender desconocer y hasta seguir unida a un maltratador, es también estar de acuerdo con la violencia. Y
no denunciarla es aceptarla y hasta fomentarla.
Escuchemos
la voz de la mujer que sufre de violencia sin criticarla, orientémosla y
de ser posible, guiémosla a dar los pasos necesarios y enseñémosle a
respetarse, enseñémosle a descubrir que si podemos ser dueñas no sólo de
nuestro cuerpo, sino también de nuestra vida y voluntad.
Sólo
así lograremos cambiar el mundo, nuestro pequeño mundo, libre de maltratos y
consecuentemente lograremos formar también hijos respetuosos y compasivos para
las generaciones futuras.
LA
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR, UN FENÓMENO VISIBLE.
Un
primer acercamiento a la problemática permite distinguir dos roles
fundamentales en la dinámica de la violencia familiar; el agresor y la víctima.
La
complejidad de la problemática obliga a realizar un análisis profundo de las
condicionantes en la producción de la misma. En este sentido es insuficiente
abordarla en términos de víctima-agresor.
Los
elementos históricos en relación a la trasmisión transgeneracional de la
violencia se mixturan con los aspectos del social-histórico en que estas
situaciones se producen. Los aspectos que delimitamos actualmente como
problemas de violencia intrafamiliar no pueden ser pensados en forma
causalística o lineal. Sin embargo, una abordaje primario y descriptivo nos
lleva a determinar para la intervención de urgencia estos dos roles en primera
instancia.
La
violencia simbólica, el abuso sexual y la violencia física son tres formas de
clasificación de las situaciones de violencia familiar en función de los
instrumentos que se utilizan en el ejercicio del abuso de poder y del tipo de
daño que se ocasiona. Esta distinción se vincula directamente a las formas
jurídicas en las que se tipifican como delito y a las formas de diagnóstico
fundamentalmente originadas del aparato médico y educativo.
Se
describirán más abajo las características fundamentales de los instrumentos y
el tipo de daño teniendo en cuenta que, por definición, la violencia familiar
se tipifica como tal cuando estas acciones se dan en forma sistemática y
prolongada en el tiempo constituyendo una forma de relacionamiento “natural” en
el núcleo familiar y produciendo algún tipo de daño, físico o psicológico.
Violencia
simbólica en el ámbito familiar se caracteriza por el ejercicio del insulto, la
amenaza, la humillación, entre otros, por parte del “agresor” respecto de la “víctima”
provocándole daños psicológicos y sociales.
El abuso sexual
Intrafamiliar
se caracteriza por la utilización en actividades sexuales, por parte de un/a
adulto/a responsable del ámbito familiar, de niños, niñas, adolescentes o
pareja sin respetar la capacidad de esta persona de decidir libremente sobre su
participación en dicha actividad ocasionando algún tipo de daño; físico y/
psicosocial.
Se
considera como víctima de abuso sexual a aquellas personas que por la etapa del
desarrollo en la que se encuentran, por el tipo de vínculo que mantienen con el
agresor o por sus condiciones psicológicas o físicas (minusválidos o ancianos)
no se hallan en condiciones (en acuerdo con el sistema de normas del
social-histórico) de consentir, en forma libre y responsable, sobre su
participación en las actividades sexuales a las que son sometidos.
La violencia física
En
el ámbito familiar se caracteriza por la utilización de la fuerza física
(golpes, pellizcones, empujones, tirones de pelo, golpes de puño, cachetadas, golpes
con instrumentos, quemaduras, negligencia y pasividad, entre otros) en forma
sistemática y prolongada en el tiempo por parte de los/las adultos/as
responsables, para la regulación de la organización familiar (disciplinamiento
y control) ocasionándose algún tipo de daño en la “víctima” ya sea físico y/o
psicosocial.
Las características de la dinámica familiar en
las situaciones de violencia favorecen el ocultamiento de la problemática
siendo muy poco común la consulta directa y el pedido de ayuda directo. Excepto
en las situaciones de violencia física grave o en las de abuso sexual grave,
donde el propio daño ha obligado a la familia a realizar una consulta médica,
psiquiátrica, psicológica o jurídica, en la mayoría de los casos, la
identificación de las situaciones de violencia se ha realizado a partir de la
detección de problemas en algunas de las
áreas de la vida cotidiana de la víctima.
CONCLUSIÓN
Es
un error pensar que las mujeres corren mayor peligro de violencia en la calle,
lejos de la seguridad del hogar. Hay mayores probabilidades de que las mujeres
sean atacadas en sus propios hogares por personas con las que conviven. La violencia doméstica, que afecta a las
mujeres de todas las edades y de todos los países, es un tipo de abuso que
puede manifestarse de diferentes maneras.
Aparte
de la violencia física, puede incluir amenazas, insultos o abusos
sexuales. También incluye la privación
de la libertad de la persona al mantenerla alejada de sus familiares y amigos o
mediante la retención del dinero que le corresponde. Estos tipos de abuso
tienen algo en común: son métodos que utiliza alguien (por lo general un
hombre, aunque ocasionalmente una mujer) para controlar a su pareja y a veces a
otros miembros de la familia.
Algunas
personas creen que este abuso es un asunto privado del cual debe ocuparse la
familia.
Sin
embargo, la violencia doméstica es un crimen y las familias tienen derecho de
estar protegidas contra ese crimen. Mantenerlo detrás de puertas cerradas sólo
permite que el abuso continúe y que provoque un daño físico y emocional en los
miembros de la familia. Si no se hace nada al respecto, el abuso generalmente
empeora y a veces llega a provocar heridas graves o la muerte. Aun cuando el abuso se comete contra una sola
persona, a menudo la pareja de un hombre, también afecta a los demás miembros
de la familia. Los niños que crecen en
familias abusivas pueden desarrollar problemas como sentir que no pueden
confiar en los adultos, en especial en los hombres, o pueden desarrollar problemas
de alcohol u otras drogas. Cuando
llegan a la edad de formar una familia propia, pueden convertirse en
abusadores. Es por esto que no podemos
pensar que la violencia doméstica no es asunto de los demás; es un problema que
afecta a toda la sociedad.
BIBLIOGRAFÍA
es.wikipedia.org/wiki/Familia
http://www.innatia.com/s/c-organizacion-familiar/a-evolucion-de-la-familia.html
http://www.todamujeresbella.com/3310/la-violencia-intrafamiliar/
http://www.iin.oea.org/Cursos_a_distancia/explotacion_sexual/Lectura31.intervencion.pdf
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