¿DE DONDE SACO ELIAS EL AGUA CON QUE INUNDO EL ALTAR?




(1.a Reyes 18:32-35)

P. Una sequía que había durado dos años y medio es
seguro que debió haber secado las fuentes de Israel; ¿de
dónde, pues, sacó Elias el agua con que inundó el altar
cuando desafió a los profetas de Baal?
 


R. Un viajero, llamado D. C. Joseph, que vivió en Jerusalén
y después en Jaifa, visitó el lugar donde Elias y
los profetas de Baal tuvieron la contienda sobre el poder
de sus respectivos dioses. Este escritor cuenta que era en
una época de sequía tan fuerte que el río Kishon estaba
casi seco, pero recordando el suceso de Elias se dedicó a
hacer una inspección por el lugar y halló una fuente de
agua abundante. La fuente está cerca de la cumbre del monte Carmelo.
De ella Elias pudo haber sacado el agua suficiente
para realizar lo que hizo a fin de probar a los profetas
de Baal el poder de Dios.

Otros visitantes a Israel, el Rvdo. Andrew Thompson y
el oficial Van-de-Velde, dicen: «Pudimos identificar claramente
el lugar donde evidentemente Elias edificó el altar
según está descrito en el primer libro de Reyes. Primero
diremos que hay una especie de anfiteatro natural, y nosotros
podíamos imaginárnoslo cubierto con miríadas de
ansiosos espectadores, luego hay como una plataforma de
unos pocos pies en el centro de aquel escenario natural en
el cual podemos suponer que Elias levantó su altar y alrededor
del cual hizo cavar las regueras y, como unos 250
pies más abajo, hay una grande fuente medio cubierta por
una roca y medio oculta por una frondosa encina que se
eleva a un lado. De esta fuente podía fácilmente haberse
traído barriles de agua para inundar el altar del sacrificio
levantado por Elias.»

Otro testigo, el Rvdo. J. L. Porter, M.A., visitante también
de Palestina, dice acerca de este lugar: «Sentado en
este escenario natural en una brillante mañana de Primavera,
yo me sentí convencido de que aquél fue el lugar de
la escena que nos describe el libro 1.° de Reyes. A mi lado
y debajo de mí, estaban probablemente las mismas piedras
con que fue levantado el altar de Dios. A pocos pasos
abajo estaba la fuente de la cual los servidores del profeta
habían sacado el agua con que el gran servidor de Dios inundó
el altar.»

De este modo la geografía de la tierra de Israel garantiza
la veracidad de los relatos bíblicos para la humanidad
de más de dos mil años después. Esta es la persuasión que
llega a la mente y corazón de todo lector de la Biblia al
realizar un atento viaje de estudio a Tierra Santa.

0 comentarios:

Publicar un comentario