TU ERES PEDRO



«Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré
mi iglesia.» (Mat. 16:18.)
 

P. Al decir Jesús: «tú eres pétros y sobre esta petra
edificaré mi iglesia», ¿no tienen razón los católico-romanos
al afirmar que el papado es institución divina y que descansa
sobre estas palabras de Jesús mismo, constituyendo
a Pedro fundamento de la Iglesia?


R. En contestación a esta pregunta, creemos oportuno
copiar en su totalidad un artículo importante que apareció
en El Cristiano, de Madrid, hace ya 50 años años (año
XLII, número 2.090). Dice:
 

«Tú eres Pedro (Mat. 16:18). Los romanistas dan aquí
mucha importancia a este pasaje, como si apoyase sus infundadas
pretensiones. Nótese, desde luego, que «la Iglesia
está edificada sobre el fundamento de los Apóstoles y Profetas
», no sobre un Apóstol o Profeta único. Pero la pretensión de que el obispo de Roma debía suceder a Pedro, no tiene ni un átomo de evidencia en la Palabra de Dios,
nuestro único y suficiente guía. Un apóstol no podía tener
sucesión en el apostolado, y si uno podía, ¿por qué no los
demás?


En 1.a Cor., cap. 9 y ver. 1, leemos que una de las marcas
de un apóstol era haber visto al Señor Jesús, y ningún
Papa lo vio; no puede, por tanto, ser apóstol o sucesor de
uno de ellos.


1. Un caballero, dedicado al estudio, y lingüista, habiendo
obtenido la Introducción a las Autoridades del Vaticano,
por el cardenal Manning, menciona, que en la biblioteca
del Vaticano hay un documento del siglo II a.C.,
en el cual la traducción de Mateo 16:18, es: «Tú lo has
dicho.»


2. También cita otro documento de la misma época
con idéntica traducción.


3. El obispo Agustín (siglo iv a.C.), en un tratado existente
en la biblioteca del Vaticano, examinado por este
mismo estudiante, traduce este pasaje: «Tú dixiste.» (Tú
has dicho.)


4. Jerónimo (año 382 d.C.), en un Tratado que está en
la biblioteca del Vaticano, cita este versículo: (Tú has
dicho), según diversos testigos que lo han visto, afirman.
 

5. El finado Mr. Collette leyó el «Codex Vaticanus»,
del siglo xv a.C., en la biblioteca del Vaticano, y la versión
de estas palabras era «suipo». Como tal palabra no existe
en griego, debe ser una contracción. Hizo notar que con
la simple adición de una letra, o sea a, se obtendrían las
palabras «su eipas» (Tú has dicho), que firmemente asegu-


Pero sea que Cristo dijera que edificaría su Iglesia sobre
Pedro, o sobre lo que la confesión de Pedro significaba,
esto no favorece nada las pretensionese de Roma. Roma
no tiene más derecho ni relación alguna con lo dicho por
Cristo, que Antioquía, o Ginebra, o cualquier otra.


Lo que sí es muy interesante saber es que dicho pasaje
viene, probablemente, de un error de traducción, según
puede verse a continuación: que firmemente asegura es la verdadera versión.

Algún antiguo copista romano lo extendió hasta formar «su ei Petros», añadiendo cuatro
letras en vez de una, y haciendo tres divisiones en lugar
de dos.


6. La primera versión tiene más autoridad, estando
apoyado por los dos documentos citados (números 1 y 2),
los cuales, existiendo dos siglos antes que el «Codex Vaticanus
», dan enorme peso a la versión «Tú has dicho».5
 

7. Esta versión también está confirmada por la evidencia
de Agustín y Jerónimo, dos de los más eruditos doctores
de la Iglesia. Es inconcebible que deliberadamente
usaran un original falso o imaginario, en un pasaje de tanta
importancia.
 

8. En el contexto mismo encontramos un gran apoyo
para la versión «Tú has dicho». Pedro había confesado la
Divinidad de Cristo. Inmediatamente el Señor contesta:
«Tú has dicho» (la verdad); y sobre esta confesión, sobre
esta mi Divinidad, será edificada la Iglesia.
 

9. Se confirma además esto, por el hecho de que nuestro
Señor Jesucristo usa esta misma fórmula (su eipas)
en ocasiones análogas, cuando expresa su conformidad con
alguna verdad dicha. Así, cuando el Sumo Sacerdote le conjura
sobre este mismo punto de su Divinidad, Jesús contesta
con: «Tú has dicho» (su eipas). (Mateo 26:64.)


10. Por otra parte, el contexto pierde más que gana
con la versión «Tú eres Pedro». Porque, ¿qué tiene que
ver el nombre o la persona de Pedro con un asunto de
tanta transcendencia como la Divinidad de Cristo?
Todos los Apóstoles sabían cuál era el nuevo nombre
de Simón, y el asunto de que se trataba, no era Pedro, sino
el Mesías, reconocido divino en esta confesión; y, como
algunos han observado, parece trivial y fuera de lugar que,
en circunstancias tan solemnes, entrara un juego de palabras
con el significado verbal del nombre de Pedro.



11. El ilustrado señor Dobelli (ex editor de la Capitale
de Roma), en su valiosa obra La Historia de los Papas
desde San Pedro a Pío IX, en cuatro tomos, hace notar, al
referirse a Mateo 16:18: «Cristo nunca dijo "tú eres", sino
"tú has dicho", Pedro. "Tú eres" es una interpolación.»
 



5. Los eruditos del texto griego, Alford y Tischendorf, manifiestan
que es tan inexacta la versión «tú eres» en vez de la auténtica
«tú lo has dicho, Pedro» que no se le puede dar valor real ninguno
(véase Alford, El Testamento griego, 1879, tomo I, pág. 104, y Tischendorf,
El Nuevo Testamento, 1869, pág. 11).


0 comentarios:

Publicar un comentario