¿Misión a Marte puede causar entusiasmo de Apolo?



LOS ANGELES, AP. Neil Armstrong inspiró a millones de personas con su caminata lunar. Ahora un aparato a control remoto que explora Marte podría hacer lo mismo con otra generación. Al suspenderse las misiones tripuladas más allá de la Estación Espacial Internacional, toda la atención se concentra en las máquinas.

Si bien no generó la expectativa que hubo por el “pequeño paso de un hombre, gran paso de la humanidad” de Armstrong, hubo tanto interés en la llegada del explorador Curiosity a Marte en agosto que el portal de la NASA colapsó luego de recibir 2 millones de visitantes. El aparato ya empezó a enviar fotografías.

“Es emocionante llegar a otro rincón del sistema solar. Uno lo percibe al ver el interés que generó la llegada del Curiosity”, comentó el curador de la división espacial del Instituto Smithsoniano Roger Launius. No estuvo a la altura de la caminata de Armstrong, “pero fue muy, muy emocionante”.

Cuando Armstrong, y posteriormente Buzz Aldrin, plantaron sus pies en la Luna el 20 de julio de 1969, unas 600 millones de personas vieron la escena por televisión o escucharon su relato por radio. “Casi todo el mundo participó de esta aventura memorable con nosotros”, relató Aldrin tras la muerte de Armstrong a fines de agosto.

En los albores de la era espacial, los astronautas de las naves Mercuri, Gemini y Apolo fueron los rostros del programa espacial de la NASA, mientras que las misiones lunares no tripuladas que despejaron el camino permanecieron a las sombras. El público estaba sediento de aventuras y las misiones tripuladas satisficieron esa sed.

La conquista de la Luna era algo novedoso y emocionante --además de peligroso-- y Estados Unidos estaba enfrascado en una carrera espacial con los soviéticos en plena Guerra Fría. Los transbordadores espaciales pusieron en la órbita espacial a una nueva camada de astronautas no muy lejos de la Tierra, pero después de tres décadas de servicios, eso pasó a ser una rutina.

El fin de la Guerra Fría, por otro lado, dio lugar a una cooperación entre rusos y estadounidenses en la estación espacial Mir y en la Estación Espacial Internacional.

Ahora que se retiró la flota de transbordadores espaciales, lo único que queda es la estación espacial. Sus seis tripulantes realizan calladamente sus tareas a 400 kilómetros (250 millas) de la Tierra.

El presidente Barack Obama hizo a un lado el proyecto de enviar nuevamente astronautas a la Luna y prefirió enfocarse en el desembarco en un asteroide y, eventualmente, en Marte. En la actualidad, la exploración espacial la llevan a cabo naves a control remoto, dirigidas desde la Tierra.

Los avances tecnológicos han permitido a esas naves llegar más lejos y hacer exploraciones más profundas. Hay aparatos que viajan alrededor de Mercurio, Saturno, el asteroide Vesta y otras que se dirigen a Júpiter y al planeta enano Plutón.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Fuera de la magnetosfera terrestre no es posible la vida ni robotica ni humana al desaparecer el ecosistema. Lo único que le queda a la NASA es seguirse tirando faroles para justificar fondos y saciar la vanidad norteamericana. A nadie parece importarle aunque sea mentira lo del Rover, el que el Curiosity llevase 32 cubitos de grafito llenos de plutonio, y que ya que se quedaría para siempre en Marte, terminaría por contaminarlo y afectar la vida que pudiera haber...

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