»Venid a mí todos vosotros que están cansados y agobiados, y yo os daré descanso.
Cargad con mi yugo y aprended de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón,
y encontraréis descanso para vuestra alma.
Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.»
Mateo 11:28-30
Así dice el Señor Todopoderoso:
Daré de beber a los sedientos y saciaré a los que estén agotados.»
Jeremías 31:25
Me diste vida, me favoreciste con tu amor,
y tus cuidados me han infundido aliento.
Job 10:12
Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, que día tras día sobrelleva nuestras cargas.
Nuestro Dios es un Dios que salva; el Señor Soberano nos libra de la muerte.
Salmo 68:19-20
Ayudaos unos a otros a llevar las cargas, y así cumpliréis la ley de Cristo.
Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo.
Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir,
que no se compare con nadie. Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.
No os engañéis: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.
El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza
cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará
vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo
cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos
la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.
Gálatas 6:2-5,7-10
Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia.
Porque ella es de más provecho que la plata y rinde más ganancias que el oro.
Es más valiosa que las piedras preciosas: ¡ni lo más deseable se le puede comparar!
Con la mano derecha ofrece larga vida; con la izquierda, honor y riquezas.
Sus caminos son placenteros y en sus senderos hay paz.
Ella es árbol de vida para quienes la abrazan; ¡dichosos los que la retienen!
Proverbios 3:13-18
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