27 de Febrero Día de la Independencia Dominicana.

"Con la entrada de (Jean Pierre) Boyer a la ciudad de Santo Domingo, el 9 de febrero de 1822, se iniciaron los actos del gobierno haitiano. Nuevas leyes y nuevas prácticas gubernamentales, sustituyeron el régimen colonial de la antigua metrópoli que no alcanzó a ser modificado durante la independencia efímera, de diciembre de 1821 a febrero de 1822. Aunque, desde entonces, toda la Isla estuvo regida por las mismas leyes, el territorio conquistado fue objeto de diversas disposiciones ejecutivas y legislativas particulares, reveladoras del carácter de la dominación haitiana. Boyer había logrado la unidad política soñada por sus predecesores gracias a su fuerza y astucia pero tomó el camino opuesto a la realización de la unidad e indivisibilidad social que Núnez de Cáceres le había señalado como imposible en su profético discurso pronunciado al entregarle las símbolicas llaves de la ciudad". (Emilio Rodríguez Demorizi. "Actos del Gobierno Haitiano, 1821 1843". En Invasiones Haitianas de 1801,1805 y 1822, 1955.) 






El día 27 de Febrero está instituido como el Día de la Independencia Nacional de la República Dominicana. en lo que es hoy la República Dominicana, se conmemora pues la declaración de separación de la parte de habla española de esta isla de Santo Domingo respecto a la parte occidental ocupada desde mucho tiempo atrás por los habitantes de habla francesa que poblaban la parte occidental de la isla a la que se llamó Haití.


Estos habían sido colonizados y esclavizados tras varios pactos y acuerdos entre Francia y España, que eran, como lo son hoy, dos grandes potencias colonialistas. Eso fue así hasta los años 1803 y 1804 en que Toussaint y Dessalines, dos esclavos haitianos, se rebelaron y declararon la separación hecha por Toussaint primero y la independencia después de Haití proclamada por el analfabeto Dessalines respecto a Francia, que fue su país colonizador y esclavista, como ya hemos dicho anteriormente.

Durante 22 años ocuparon los haitianos territorio dominicano e intentaron eliminar el idioma y las costumbres. Obligaron a publicar los documentos oficiales en francés y otras medidas que atentaban contra la esencia misma de las tradiciones y cultura de lo que vendría a ser más tarde el pueblo dominicano.

Aunque los haitianos al invadirnos declararon abolida la esclavitud al imponer su Constitución y sus leyes, que se oponían a ésta, sobre esa abigarrada masa de mulatos, negros criollos y blancos criollos las cosas seguían igual o peor que antes, ya que soportar la forma de ser de los haitianos y su haitianidad nunca ha sido fácil de tragar y mucho menos de digerir y asimilar por los dominicanos y la dominicanidad.

La Iglesia Católica, Apostólica y Romana, como institución, favoreció y aplaudió todo el tiempo que duró la invasión haitiana, y al efecto consta en los documentos de la historia que en 1835, por ejemplo, el representante de la Iglesia, el Arzobispo Portes, ofreció una misa Tedeum en la Catedral Primada de América en conmemoración y bendición de la llegada de las tropas haitianas, encabezadas por Charles Boyer, que no era buena cosa, consagrando así la Iglesia que la presencia de los invasores se efectuaba por obra y gracia de la voluntad divina de su dios.

La segunda mitad de febrero presenta en República Dominicana a una intensa agenda de actividades dedicadas a las fiestas patrias en celebración de la Independencia Nacional lograda el día 27 de febrero y en conmemoración de la lucha patriótica de los héroes de la Independencia Nacional.

La República Dominicana fue proclamada, en ausencia de Duarte, la noche del martes 27 de febrero de 1844 en la puerta de El Conde de la ciudad de Santo Domingo por Tomás Bobadilla, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Manuel Jimenes, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín Puello, Gabino Puello, Eusebio Puello, Eduardo Abreu, Juan Alejandro Acosta, Remigio del Castillo, Jacinto de la Concha, Tomás de la Concha, Cayetano Rodríguez, Félix María del Monte y otros patriotas. En el Seybo, el mismo 27 en la madrugada, Pedro Santana, ya se había adelantado proclamando la Separación de Haití, siendo aclamado General del Ejército. 

El día 28 de febrero, al amanecer, grupos de dominicanos tenían cercada La Fuerza (actualmente, Fortaleza Ozama) y todos los puestos de guardia haitianos, y turbas amenazadoras se arremolinaban en torno a las residencias de las personalidades haitianas de mayor significación; además, ya patrullas dominicanas recorrían todas las calles de la ciudad, Evidentemente amedrentado por la actitud agresiva de los dominicanos, el comandante General Henri Etienne Desgrotte suscribió dos cartas: una dirigida al Cónsul Saint-Denys, manifestándole el grave peligro que corrían los miembros de la colonia haitiana, dejando constancia de su disposición para iniciar negociaciones con los insurrectos; y la otra, dirigida a los revolucionarios de la Puerta del Conde, invitándolos a darle a conocer sus propósitos y sus aspiraciones. Esta gestión del General Desgrotte fue conocida por la Junta Gubernativa Provisional que se había constituido, de facto, desde la noche anterior. 

La Junta Provisional respondió por escrito diciendo que
la privación de nuestros derechos, las vejaciones y la mala administración del gobierno haitiano, nos ha puesto en la firme e indestructible resolución de ser libres e independientes, a costa de nuestras vidas y nuestros intereses, sin que ninguna amenaza sea capaz de retractar nuestra voluntad.
Los haitianos se consideraron sin fuerzas para combatir un alzamiento de tal magnitud, y para protegerse apelaron a los buenos oficios del Cónsul de Francia, Saint-Denys. Las negociaciones por intermedio del Cónsul francés avanzaron en el curso del día 28 y al llegar la noche, Desgrotte y sus oficiales y soldados habían capitulado mediante un documento de diez puntos que firmaron: la comisión designada por la Junta para negociar, la Junta misma, los comisionados de Desgrotte el propio Desgrotte y finalmente el Cónsul de Francia. La capitulación por parte de los haitianos garantizaba la entrega pacífica del Poder a los dominicanos y facilitaba la salida de los funcionarios depuestos y sus respectivas familias dentro de un plazo razonable y en condiciones honorables. 

Aquel mismo día se confeccionaba la primera bandera dominicana, creada con elementos de la misma haitiana, colocándole a ésta una cruz blanca que partía en cuarteles las dos franjas horizontales -azul y rojo- del pabellón occidental. Posteriormente los cuadros azules y rojos de la bandera dominicana fueron alternados. La tradición popular le atribuye la confección de la primera bandera a Concepción Bona, vecina del célebre Baluarte. 

El primer himno dominicano fue obra del escritor Félix María del Monte, teniente de la Guardia Nacional, quien lo improvisó mientras prestaba servicios en la Fortaleza Ozama el primero de marzo de 1844.
Con la entrega de la fortaleza, el arsenal y las oficinas de Hacienda, la Revolución se adueñó totalmente del poder el día 29 de febrero por la mañana y la Junta provisional dejó solemnemente constituida la República Dominicana nombrando, al mismo tiempo, varios delegados para que visitaran los demás pueblos de la parte del Este para comunicar las noticias de la Separación y tratar de que esos pueblos proclamaran a su vez su separación de Haití.

0 comentarios:

Publicar un comentario