EL ENGAÑO DE LOS VIDEOS PALESTINOS.



 Denomínese "Pallywood" al documental de video hecho por el historiador estadounidense Richard Landes, el cual afirma ser de izquierdas y se pronuncia a favor de la existencia de Israel, no viendo contradicción en ello, documental donde se muestra como periodistas y fotógrafos palestinos y de otros países árabes, con la aquiescencia de muchos medios de comunicación europeos y algunos norteamericanos, han manipulado y tergiversado numerosas imágenes del conflicto árabe-israelí, presentando los hechos, por tanto, desde una óptica sesgada y marcadamente partidista.

A partir de este documental se llama industria "Pallywood" (contracción entre Palestina y Hollywood) a la actuación en general de muchos medios de comunicación en el conflicto de Oriente Medio y su toma de partido a la hora de hacer las informaciones que difunden por el mundo, presentando una imagen excesivamente, por no decir infantilmente maniquea, y manipulando los hechos, engrandeciendo unos detalles, empequeñeciendo otros, callando otros mas, dando pábulo y credibilidad a informaciones de los medios cercanos a los terroristas palestinos, informaciones que no se toman la molestia de contrastar, y callando o poniendo en pequeño rectificaciones cuando estas informaciones se demuestran que son falsas.

En los territorios palestinos solo pueden utilizarse fotógrafos y cámaras o bien palestinos o bien árabes de otros países, quedándose, mas de la mitad de las veces, los corresponsales de las agencias occidentales en hoteles o residencias y no tomándose la molestia de ir a donde ocurre de verdad la noticia, extremo que ha sido muy criticado en algunos sitios y que quita veracidad a las noticias de esas agencias. Destaca entre estas a la agencia Reuters, cuyo fotógrafo palestino Adnan Hajj ya fue acusado y sancionado al descubrirse que muchas de sus fotografías sobre la guerra del Líbano habían sido manipuladas.

Consciente o inconscientemente muchos medios de comunicación, sobre todo los que se autodenominan progresistas, han formado parte de esta industria. Bien sea porque el presentar a los unos como románticos luchadores por la libertad y a unos como malvados y crueles verdugos sedientos de sangre es algo que vende, bien sea porque es algo que queda muy bien, bien sea porque no tienen que pensar ni tienen que profundizar mucho, bien sea porque se fían demasiado de quienes les proporcionan las imágenes y los informes y consideran que sus fuentes son veraces, bien sea por la razón que sea.
No solo la agencia Reuters, también la televisión France 2 ha caído en este juego y la agencia AFP.

En España, los diarios El País y La Vanguardia son los que mas se destacan en presentar informaciones sesgadas sobre Oriente Medio, aunque en el primero parece que la virulencia de las críticas a Israel ha descendido bastante. Entre las televisiones españolas, destacan los informativos de las televisiones privadas La Sexta y Tele 5. La estadounidense CNN ha sido acusada también de informar de manera partidista sobre este conflicto y de dar difusión a noticias que luego se demuestran que son manipuladas o falsas directamente, al igual que, en ocasiones, la británica BBC. Una industria muchas veces interesada, bien llevada por una simpatía por el integrismo islámico proveniente de un antisemitismo aún persistente, bien por algunos que todavía hay que se consideran de izquierdas pero que todavía no han salido de los años 70 y 80 y consideran entonces, en su ingenuidad, que los movimientos armados árabes son compañeros de fatigas, bien por algunos que viven engañados por la propaganda masiva e inconscientemente contribuyen a difundir mas estas manipulaciones y tergiversaciones.
De todas maneras, estos despistados, sin querer, le hacen el juego al diablo, por cuanto al dar cancha y ser altavoz de versiones proporcionadas por integristas islámicos favorecen a personas que son admiradores de Hitler y del nazismo, como muy bien se ha comprobado (entre muchos ejemplos, el tío de Arafat, muftí de Jerusalén, era admirador de Hitler y se entrevistó varias veces con el cuando vivía en Europa).

En todo caso, "Pallywood" y la industria que tiene a su alrededor es, no solo un insulto a la verdad, también es un insulto a la inteligencia.

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