España destinará 60.000 millones de euros a los bancos.

BRUSELAS- El rescate a los bancos no se saldrá de las previsiones del Gobierno. En una entrevista publicada por el «International Herald Tribune», el ministro de Economía español, Luis de Guindos, explica que el Gobierno no espera sorpresas sobre las necesidades del sector bancario, por lo que en principio se mantendrán las proyecciones de la consultaría Oliver Wyman, que en junio cifró en 62.000 millones de euros las necesidades de capital en el peor de los escenarios previstos.

En la entrevista, realizada el jueves pasado en su despacho en Madrid, De Guindos opina que no cree que el resultado, que se conocerá a mediados de septiembre, «vaya a ser muy diferente» de lo avanzado por Oliver Wyman, y por tanto inferior a los 100.000 millones de euros ofrecidos por el Eurogrupo. En todo caso, resalta que en el caso de haber discrepancias entre las conclusiones del análisis independiente y las peticiones de la banca, será la consultora quien tenga la última palabra.

Por otra parte, De Guindos se muestra confiado en las acciones que va a tomar el Banco Central Europeo, sobre todo después de que su presidente, Mario Draghi, se comprometiera hace unas semanas a «hacer lo que sea necesario para preservar el euro como una moneda estable». Se muestra convencido de que la acción del BCE «va a tranquilizar a los mercados y va a ser una parte importante de la ayuda». No obstante, quiere tranquilizar a aquellos que, como la alemana Angela Merkel recelan de las compras de bonos por parte del BCE por su componente «adictivo» y porque pueden alentar a reducir los esfuerzos macroeconómicos. «El Gobierno español acepta que la intervención del BCE en los mercados secundarios no debe relajar el esfuerzo de consolidación fiscal, y tenemos que dar tranquilidad al BCE de que vamos a cumplir con nuestros compromisos», asegura.

En medio del hervidero en que se han convertido las capitales de la eurozona en su estrategia contra la crisis y en la búsqueda de salidas, la OCDE confirmó ayer que la economía de sus 33 miembros se ralentizó en el segundo trimestre hasta el 0,2% respecto a los tres primeros meses del año, lo que significó tres décimas menos que el aumento experimentado entre enero y marzo. La organización culpó del frenazo a la caída del PIB de la zona euro y del conjunto de la UE (0,2% en ambos casos), pero también al menor avance de la actividad en EE UU y Japón. De las grandes economías europeas, el peor comportamiento entre abril y junio fue el de Italia (-0,7 %, después de -0,8 %), seguida de Reino Unido (-0,5 % tras -0,3 %). Francia siguió estancada y Alemania creció apenas un 0,3%. 

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