La
reforma sanitaria de Barack Obama, la obra que puede dar trascendencia
histórica a su presidencia, es constitucional. Así lo ha decidido el Tribunal
Supremo en una sentencia que destruye la principal causa sostenida por los
republicanos durante tres años y le da al presidente un enorme empujón en sus
aspiraciones de reelección el próximo mes de noviembre. Los norteamericanos
tienen ya un sistema sanitario que se aproxima a la cobertura universal.
Intentando
evitar todo triunfalismo, Obama se dirigió a la nación poco después del anuncio
de la sentencia para proclamar que “cualquiera que sea la orientación política
de cada uno, esta decisión es una victoria para la gente de todo el país”. El
presidente recordó que 30 millones de personas que hasta hoy carecían de seguro
de salud tendrán ahora acceso a los servicios médicos y que las
discriminaciones que las compañías aseguradores hacían con algunos pacientes
serán ahora eliminadas.
El
candidato presidencial republicano, Mitt Romney, destacó que esta sentencia
hace más necesario que nunca que su partido recupere la Casa Blanca, donde ha
prometido derogar la ley el primer día que llegue. “Nuestra misión está clara:
si queremos reemplazar la reforma sanitaria de Obama, tenemos que reemplazar al
presidente Obama”, dijo.
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