Vudú, la religión de los miserables.




El vudú es una religión traída a las costas occidentales por los esclavos africanos. Se cree que comenzó en Haití en el 1724 como un culto a la serpiente que adoraba a varios espíritus pertinentes a las experiencias de la vida diaria. Sus prácticas se mezclaron con varios santos y rituales católicos romanos. Fue traída a Louisiana en el 1809 por dueños de plantaciones cubanas que fueron desplazados por la revolución y trajeron a sus esclavos con ellos.

Pacto haitiano con el Diablo.

El 14 de agosto de 1791, una semana antes de que los esclavos de Saint Domingue se alzaran contra sus amos, un grupo de esclavos y cimarrones se reunieron en una zona boscosa del Norte de la isla, llamada Bois Caïman, para celebrar una ceremonia dirigida por el ex esclavo y sacerdote vudú Dutty Boukman y una sacerdotisa mulata. El rito consistió en un pacto de sangre, mediante el sacrificio de un cerdo negro y la ingestión de su sangre por los asistentes, que prometieron acabar con todos los blancos de Saint Domingue.

Desde entonces todo fue de mal en peor, como dicen de Guatemala a Guatepeor.

La destrucción del mundo rural haitiano no ha permitido consolidar un Estado nacional con una sociedad civil formada por ciudadanos en el sentido europeo liberal del término. La exportación masiva de madera durante el siglo XIX para pagar la deuda contraída con Francia inició la deforestación que suele achacarse en exclusiva a los propios campesinos negros. La erradicación del cerdo creole, objeto de sacrificio en Bois Caïman, bajo la dictadura de Duvalier a instancias de los Estados Unidos, dio paso a la importación del cerdo norteamericano, cuyo mantenimiento es mucho más caro y obliga a la importación de productos estadounidenses. Y la liberalización comercial de los años 80 favoreció la importación masiva de arroz subvencionado proveniente también de los Estados Unidos, lo que arruinó la producción local y provocó que los haitianos importen la mayor parte de los alimentos que consumen (equiparándose así con el resto de islas y países caribeños, incluyendo Cuba).


Resultados para Haití y su pueblo por estar adorando al Diablo y sus demonios:
  • Pobreza extrema.
  • Siete de cada 10 habitantes son pobres.
  • Hambre.
  • Terremoto. 
  • Epidemia del cólera.
  • La malaria y la fiebre tifoidea, son otras plagas endémicas del país.
  • Constantes crisis políticas y sociales han azotado al país por más de 200 años.
  • Migraciones masivas.
  • La plaga del Sida.
  • 3 huracanes en 2008: IKE, GUSTAV y HANNA que dejaron a su paso un millar de muertos, inundaciones catastróficas y tormentas. 
  • Dictadores asesinos.
  • El 80% de los niños que nacen en Haití, no sabe quién es su padre.

     Que se abran los cielos.

Esperamos en Dios, que este pueblo sufrido se deje guiar por la mano del evangelio de Jesucristo, que renuncien a cualquier pacto, que dejen todo Vudu, que la borren de la Constitución, de su cultura, hasta de sus monumentos, que la rechacen de todo corazón, y que sean libres de una vez por todas; para que ese pueblo camine hacia la senda de la prosperidad y que se abran los cielos en el nombre de Jesús.

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