¿CREO DIOS EL MAL?



«Hago la paz y crio el mal. Yo Jehová.»
(Isaías 45:7.)


P. He aquí un texto que ha servido de tropiezo a los
neófitos e inconstantes, y del cual han abusado ciertos
maestros para desacreditar la Escritura, si posible fuese,
y aun para culpar a Dios de autor de todo mal y responsable de toda

desgracia que aflige a la humanidad. Y no
falta quien pretende que este texto enseña que Dios es autor
del bien como también del pecado, debiendo el hombre
«resignarse a ambas cosas». ¿Qué quiere decir, pues,
la expresión: «Crío el mal»?



 R. Preguntemos primero: ¿Qué significa la palabra
mal aquí?
El mejor de los dicciones hebreos, responde: adversidad,
aflicción, mal, calamidad. Tales son los significados
primordiales de esta palabra, no denotando ninguna de
ellas pecado. De consiguiente, que no pretenda ser buen
conocedor del hebreo quien afirme que este texto declara
que Dios es autor del pecado.
Por otra parte, no se necesita ser filólogo para sacar
en claro el significado verdadero de esta palabra. Tomémonos
sólo el trabajo de fijarnos en el lenguaje profético
y poético del capítulo; en el consiguiente paralelismo del
texto y en la idea general del contexto.
La aclaración de cualquier palabra obscura de un paralelismo,
se consigue haciendo la contrastación de ella
clara y evidente; regla válida no solamente tratándose de la
Biblia, sino de cualquier otro escrito. En el texto que nos
ocupa, por ejemplo, tenemos luz por un lado y su contraste,
tinieblas, por otro. Después sigue paz por un lado,
y como su contraste, mal por otro. Ahora, pues, ¿de qué
mal se trata? La palabra paz lo explica. ¿Qué es lo contrario
a la paz? La inquietud, la turbación, la agitación.
Así es que la verdadera enseñanza del texto es que
proporciona paz a los hombres, como también produce
el mal que llamamos inquietud, turbación, o si quiere remordimiento
cuando esto sea necesario.
Léase cuidadosamente el capítulo entero y se verá cómo
el contexto confirma lo dicho.

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