El banco británico HSBC probablemente esté implicado en el lavado de dinero de narcobarones mexicanos.
Esto se indica en el informe de trescientos cuarenta páginas presentado por el Comité de Seguridad Nacional del Senado de EEUU. Según datos divulgados por los servicios secretos norteamericanos, la filial del HSBC en México tenían una serie de clientes de alto rango, sospechosos de traficar drogas, aunque sus cuentas, también advertidas en actividades sospechosas, no fueron congeladas, sino simplemente puestas bajo observancia. Entretanto, tan solo en 2007 y 2008 la filial mexicana convirtió en liquidez siete mil millones de dólares.
Los senadores aclararon asimismo que por las cuentas del banco pasaba dinero de Siria, Irán, Arabia Saudí y de las islas Caimán. Al propio tiempo, se probó que en una serie de casos que dicho dinero estaba destinado al financiamiento de actividades terroristas. Las cuantías de esas transferencias suman decenas de millones de dólares.
La investigación duró casi un año, se analizaron más de un millón de documentos y fueron interrogados decenas de empleados del HSBC. Las operaciones ilícitas fueron posibles por la connivencia de la dirección del banco, que no garantizaba el debido control de las operaciones financieras sospechosas –según la conclusión a que llegaron los autores del informe. Al respecto, la junta directiva de la institución financiera presentó sus excusas oficiales, mientras que el director ejecutivo David Bagley tuvo que dimitir. Por lo demás, tal como afirma el exdirector de la Banca Global de HSBC, Christopher Lok, ninguno de sus empleados, incluido él, no tenía la menor idea de los delitos que se cometían.
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